Desde el martes ha empezado el final de mi ERASMUS. Aún me quedan dos semanas en esta fantástica ciudad, a la que tanto cariño he cogido. Pero la realidad es que, como un cuentagotas, la gente se va, poco a poco. El martes fue la última cena de vecinos PATOU. Sienta bien, a la vez que sienta mal. Bien, porque estoy encantada de haber conocido a toda esta gente, pero mal porque no sabemos cuando volveremos a vernos...si es que lo hacemos algún día.
He ido tejiendo lazos increíbles, que, así como si nada, deben romperse, por lo menos físicamente.
Aquí os dejo un poco de nuestra última cena, que no celebramos en nuestra casa por ser la última, si no que nos fuimos a un restaurante italiano.
Baci e Abbracci da Lille
Andrea y sus ravioli
Yo y mi Tris de pasta
Hélène y su escalope milanesa, y yo
Krlis
Bueno, yo vuelvo el Lunes que viene, que me quedo a votar. Llévame también a un italiano!! jaja
ResponderEliminarLa verdad es que es una pena!!