lunes, 28 de febrero de 2011

Purifying week

  Quien dice semana de vacaciones, no siempre dice semana depurativa. Pero esta vez, ha sido mi semana depurativa, y no en cuanto a comida nos referimos, sino más bien a bienestar personal. 
En el aeropuerto de Charleroi al que fui acompañada de Beatriz, nos encontramos a una niña pequeña intentando hacer breakdance con un chico. Y matamos el tiempo que nos sobraba como pudimos.


Vuela con Ryanair =)


Niña haciendo breakdance en Charleroi


Matando el tiempo: I need a Euro, Euro, Euro is what I need

  Llegada a Madrid, dispuesta a empezar los 10 días de vacaciones con buen pie. El tiempo no parecía acompañar el fin de semana, pero si el resto de la semana, y así ha sido, con una media de 22º, ¡no está mal!

   Después de un fin de semana supuestamente cargadito de cosas que hacer, de las cuales hice el 50% porque mis malditos vecinos se pasaron la noche del viernes al sábado, hasta el sábado a las 14h00 con la música a todo trapo y con una multa por contaminación acústica de mi parte, empecé la semana de turisteo madrileño con ganas.
El fin de semana se resume en comer, Chocita del Loro, novio, reir, dormir, comer. jajaja




    Como buena turista, el lunes tocó shopping por la periferia, es decir, centros comerciales, centros comerciales, y más centros comerciales.

  El martes, tocaba la capital española. Primero me pasé por la uni a gestionar un papeleo. Luego, me esperaba la Plaza de Colón, Paseo del Prado, Gran Vía, Callao, Preciados, Puerta del Sol, Plaza Mayor, Palacio Real, Templo de Debod, Museo del Jamón, y para acabar bien la tarde-noche un partidito de padel de dos horas.

La foto no es muy actual, es que no hice fotos ese día.

  El miércoles fui al Escorial, a visitar el pueblo y el Monasterio que hacía mucho que no iba y no me acordaba muy bien. El caso es que me planto ahí por la mañana y hasta las 15h00 no podía entrar en el Monasterio porque  estaba Doña Sofía dentro, y doy fe de ello, ya que me la cruce cuando salía. Visita turistica por las callejuelas de El Escorial, y visita impresionante del Monasterio. Luego quise ir al Valle de los Caídos, para poder documentar con mayor profundidad mi trabajo para Laurence Allard, pero estaba cerrado.


Monasterio de El Escorial


Vistas desde el Monasterio

  El jueves estuve en la Sierra de Madrid. El increíble paisaje que se dibuja desde mi casa mirando hacia el Norte, me dio tantas ganas que no pude resistir. Primero Navacerrada pueblo, comidita en una terracita al sol, y luego puerto de Navacerrada, nada mal. Para volver a acabar bien el día, partido de padel de 2 horas y un poco de copichuelas en casa...=)


Embalse de Navacerrada


Navacerrada

 El viernes volvió a tocar tiendas, y partido de padel. El fin de semana ha sido tranquilo repasando apuntes, comiendo bien, tomando el sol, y buscando masters para el año que viene.


Ni una nube.

  En esto ha consistido mi semana depurativa. Ahora, a la rutina Lilloise.

Krlis





sábado, 12 de febrero de 2011

LILLE...

  Économie de services, pôle européen du multimédia, place forte de la finance, image internationale: la ville surprend aujourd'hui par sa vitalité. Parole de Lillois, cette ville a littéralement explosé ces quelques dernières années. Il faut la vivre le nez en l'air, la flênerie menant invariablement à la chaleur du propos, au zinc mousseux du meilleur bistrot, à l'inpiration du pavé luisant des pluies lourdes, du silence de cathédrale, du bonheur des pierres bleues et des ciels venteux des grands peintres hollandais, amoureux des lumières sous les reliefs nuageux. 
  Voilà pourquoi cette ville décourage l'impatience du visiteur trop pessé. On n'y reste jamais suel très longtemps,on s'y dépayse simplement, sans emphase, avec la nostalgie des vieux siècles encore debout sur les fronts de rues et avec ces visions très actuelles des tendances de la mode puisées dans ces rues branchées, de plus en plus courues par la jeunesse nordique. Restera une question, la seule possible: comment réussir ce mariage improbable entre un passé industrieux grand-bourgeois et ce vécu présent d'une ville carrefour, vraie métropole d'avenir avec ses TGV, ses centres d'affaires internationaux? Cherchez la réponse dans le droit permanent à l'expérimentation, à l'innovation, à l'émancipation. 
  Populaire, bourgeoise-bohème, simple dans une complexité propre à son époque, et si terriblement culturelle, c'est LILLE. Capitale du total shopping et du pavé français, c'est encore LILLE. Cachottière comme peu d'autres, enjouée le jour, endiablée la nuit, c'est enfin LILLE.
Audacieuse et surprenante, à condition de bien l'observer pour mieux la comprendre.

À VOUS DE JOUER.


Krlis